Entradas

Entrada destacada

Yo soy

Transcrito de una carta hecha el 2012 "Yo soy hijo de Eva, de David y de la pared de mi antigua casa, hermano de Fabrizo y Alonso, tío de Alessandra, Margaret y Jade, nieto de Sebastiana, Fausto y Miguel, de Esther y de Juan, sobrino de muchos, amigo de tantos, enamorado de Almendra, ex residente de Huáscar, de Bolognesi y de otras zonas que no recuerdo, ex alumno del Albert Einstein, de La Escalerita, del Juan Pablo II y del Cenepa, 2do mejor en percentil ortográfico, 1ero en 6to de primaria, usuario de un Ps3, desprovisto de un celular, lector frustrado de libros incompletos, bailarín ocasional, cinéfilo, dueño de una guitarra que usa a medias, administrador de una página con solo 884 MG, ex mejor amigo de John, solitario las mañanas de los días laborales, sonámbulo y soñoliento al mismo tiempo, ex alumno de la Miss Liliana, Señorita Isabel, de la Miss Rita, del Profesor Wilbert, del Profesor Rivera, del Profesor Navarrete (a quien debo estas líneas) y admirador secreto s

Come as you are

Imagen
"You live like this, sheltered, in a delicate world, and you believe you are living. Then you read a book… or you take a trip, or you talk with Francy , and you discover that you are not living, that you are hibernating. The symptoms of hibernating are easily detectable: first, restlessness. The second symptom (when hibernating becomes dangerous and might degenerate into death): absence of pleasure. That is all. It appears like an innocuous illness. Monotony, boredom, death. Millions live like this (or die like this) without knowing it. They work in offices. They drive a car. They picnic with their families. They raise children. And then some shock treatment takes place, a person, a book, a song, and it awakens them and saves them from death." Anais Nin

Crónica de un autobús no anunciado

Imagen
Antonio escuchó el despertador y lo apagó con mucho desgano.   Eran las 6 de la mañana. Se había quedado hasta tarde terminando algunos trabajos y el sueño se reflejaba en las ojeras de su rostro. Era el sábado 9 de agosto del 2014 y el cielo gris de Lima había venido para quedarse. Se alistó con prisa porque no quería llegar tarde otra vez. Desayunó dando grandes mordiscos, se despidió de su madre casi por inercia y salió. Vivía en Las Flores, en el extenso distrito de San Juan de Lurigancho. Usualmente le tomaba 40 minutos salir del distrito, y en el peor de los casos, 1 hora.  Se dirigió al paradero de la cuadra 10 y subió al primer autobús que decía "Tacna". No esperaba  encontrar un asiento libre, y no solo porque viviese en un distrito con más de un millón de habitantes, sino porque a duras penas podía ver los asientos entre tanta gente amontonada. Antonio no era fanático del transporte público, si su economía lo permitiese tomaría taxi todos los días, o en su de

When you were not here

From Anthony to Francy, with the hope that she never finds out the existence of this letter and if she does, Anthony doesn't. " You may never read this. I hope so. I'd like to write about the time we met. It's pretty difficult   'cause   I can't exactly remember the time we met. Weird. I just remember I used to see you... but just like every girl with glasses I had seen before. Nothing out of normal. My first impression: I noticed you were a responsible girl. I liked that. It can be strange... Nowadays guys just look for plastic girls. I have to admit that I used to do it too, but the deal is that when you grow up something inside you changes. You prefer to have a nice talk for hours with someone rather than go to parties or drink. Maybe that was the reason I got on best with you. I had talked to you before we became friends, just silly conversations about the weather or musicians we listened to. Never noticed - and I'd probably won't - who you

Abrazo

El sol sofocante se alzaba sobre nosotros, pasábamos por casas que parecían estar llenas de todo menos de personas. Habíamos caminado durante casi una hora y empezaba a notarse el cansancio en nuestros rostros. Me contabas un poco acerca de lo que había pasado en estos últimos dos años. Pero siempre terminaba en una pelea fingida o un empujón casual. Caminabas de la misma forma coqueta de siempre y,  discúlpame que lo diga, pero me encantaba. Como si fuera tu sello personal, ponías los pulgares dentro de tus bolsillos, los cuales únicamente eran opacados por tu tan conveniente cartera llena de recibos de lugares a los que quizás no haya ido. Tu mirada siempre al frente, pensando. ¿En qué piensas? Esperaba que fuese en nosotros, o al menos en lo que pasaba en ese momento. Te preguntaba cosas y me las respondías. Y no me cansaba de escucharte, sea una queja o una anécdota, siempre me resultaba encantador la forma en que te movías y hablabas. Llámame loco o mentiroso – o huevón – pero no

Odiosea

Apago la laptop. Me despido de Gonzalo. Salgo del edificio. Camino tranquilo. Me dirigo a la estación. Busco la tarjeta en el bolsillo, ¿y la tarjeta? ¿Dónde está? Encuentro las llaves - que ojalá fueran de un auto - pero la tarjeta no aparece. Busco en mi mochila. Está ahí. ¿Está cargada? Mierda. Hay una larga fila para recargarla. No me preocupo. Aún estoy a tiempo aunque siempre he odiado esperar. Saco las monedas y como si fuera un vidente obtengo la cantidad exacta. Paso por el lector y entro. ¡Por fin! Consigo un asiento milagrosamente. Comienzo a pensar que será un viaje tranquilo, pero al parecer satanás escuchó mis plegarias. Me fijo en la hora. ¡Han pasado 20 minutos desde que salí! Mierda. Trato de calmarme. Busco mis audífonos y... ¡sorpresa! Los dejé conectados a la laptop. Maldigo a Nathaniel Baldwin. La señora a mi costado me pregunta la hora. Sonriendo le digo que 6.26 pm y reacciono. Solo tengo 24 minutos para llegar. Llego a mi estación. Más gente. Parecen una colmen

¿Te acuerdas?

¿Te acuerdas de nuestro primer beso? Me susurraste que nunca habías besado a un chico... y con una sonrisa te respondí que tampoco había besado chicos antes. Me sentía raro cuando tomabas mi mano y la apretabas como queriendo decir: "Nunca me sueltes" y te juro por Dios que nunca lo habría hecho. ¿Te acuerdas de aquel sábado? Te hice esperar mucho pero no te importó...al final me abrazaste cuando te dejé y susurraste que no entendías por qué lo hacías. ¿Te acuerdas aquellos besos fugaces? Esos que me dabas cuando tú mamá volteaba o cuando tu hermano no estaba presente. Aquellos que duraban más que la eternidad y menos que un parpadeo. ¿Te acuerdas del primer presente? El primer mes que pudo haber sido el primer año de no ser por mí. ¿Te acuerdas de los besos? Dios, los besos...cuando no nos importaba besarnos a cualquier hora y en cualquier lugar, inclusive de noche. ¿Te acuerdas cómo enamoré de tí? Cuando bailamos toda la noche y a ti no te importó que no supiera hac

¡Feliz cumpleaños!

Dejaste de ser quinceañera y ahora tienes 16. En este tiempo que voy conociéndote (más de un año) me caes súper bien a pesar de que a veces eres un poco fregadito y celoso, cada día que pasa te amo más (más que tú) y en realidad adoro tu compañía, tus abrazos, tus besos y todo. Haces tanto bien en mí que en realidad me eres necesario y mucho. Este es un día especial para ti ( y si no lo consideras igual haré que sea un día muy especial!). Estás en mi mente y corazón (es cierto y no sabes en serio todo lo que adoro amarte). Te amo demasiado David Eduardo Benito Santillán, cada vez con más fuerza y amor que antes. Tú haces que mi día sea especial y por eso quiero agradecerte por todo, amor; por todo lo que significas para mí. Te deseo lo mejor en tu cumpleaños n° 16, pásala demasiado bien al lado de tu mamá (mi suegra), tu papá, tus hermanitos, tus gatos, tus amigos y por supuesto conmigo mi vida...recuerda que cuentas con todo mi apoyo incondicional para lo que sea que quieras, te